Verónica Ruiz Moreno
Le
enseñaron a emprender, ni la enfermedad la detiene
"Corro
por un milagro: el mío y el de la gente que padece esto. Corro porque no tengo
tiempo de perder el tiempo, yo voy contra mi tiempo, no el de los
kilómetros."
En el
Tecnológico de Monterrey, Campus Estado de México, Verónica Ruiz Moreno
aprendió la importancia de emprender, y una vez que le diagnosticaron Corea de
Huntington puso en práctica dicha habilidad.
Para
Verónica, el hecho de recibir un diagnóstico de una enfermedad incurable no
significó un impedimento, sino todo lo contrario, fue el impulso que la llevó a
convertirse en voluntaria en la Asociación Mexicana de Enfermos de Huntington,
donde recaudó fondos para ayudar a los pacientes a sobrellevar la enfermedad.
Su
experiencia la proyectó en la organización que lleva su nombre, misma que
decidió emprender tras ser diagnosticada con Corea de Huntington.
Verónica
explica que los hijos de personas con la mencionada enfermedad tienen el 50 por
ciento de probabilidad de heredar el mal, por lo que decidió adoptar a un niño
en 2007, Bastian.
“Decidí
adoptar. No puedo permitir que la enfermedad avance, lo que yo le puedo regalar
a la humanidad es que esto termine conmigo y no pase a mi generación”.
El 2007
fue el año donde comenzó toda una nueva aventura, pues además de volverse
responsable de otro ser humano, su hijo, decidió convertirse en maratonista
para transmitir esperanza a aquellos que padecen enfermedades
neurodegenerativas.
Verónica
siempre pensó en grande: “Es algo que me dejó el Tec, el valor para arriesgarte
a ser realmente emprendedora”.
A sus 49
años, Verónica presume que ha participado en algunos de los maratones más
importantes nivel mundial: Chicago (2007), Toronto (2008), Montreal (2009), San
Antonio (2010), Berlín (2011) y Chile (2013).
“El
deporte me ha dado las herramientas necesarias para transformar mi cuerpo, mi
alma, mi mente y mi espíritu, soy una mujer que al correr me convierto en la
mujer que inspira, y corre por aquellos que ya no pueden hacerlo”.
Como
integrante de la comunidad EXATEC, Verónica reconoce que existen muchos beneficios,
empezando por las oportunidades que ha tenido gracias a los vínculos que logró
en la institución.
“La
comunidad EXATEC es muy importante, es una cosa a la que deberíamos sacarle más
jugo, porque una de las cosas maravillosas del Tec es precisamente su gente que
te abre muchas puertas y es un vínculo maravilloso para desarrollar cualquier
objetivo que te propongas”, afirmó.
Actualmente
Verónica es reconocida a nivel internacional, recuerda que en su último viaje a
Chile parecía que las entrevistas no paraban, lucha diariamente para
concientizar al mundo sobre su enfermedad y trabaja para que su asociación
prospere; esa habilidad de emprendimiento la aprendió en el Tec de Monterrey.
“En el
Tec te animan mucho a ser emprendedor, vale mucho la pena pasar por una
institución así, que te educa y te hace pensar siempre en grande, porque todo
el tiempo estás rodeado de gente maravillosa y totalmente valiosa”.
Actualmente
Verónica es conferencista internacional y se trabaja con un protocolo de
investigación, donde el objeto de estudio es ella misma.
“Apenas
están investigando esta enfermedad, así que estoy buscando quien pueda
interesarse en mi caso y estudiarlo, para beneficio de los demás. Si de algo
serviría mi cuerpo, que lo investiguen”.
Verónica
Ruiz Moreno es licenciada en Ciencias de la Comunicación por el Tecnológico de
Monterrey, Campus Estado de México.
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Verónica Ruiz Moreno
Le enseñaron a emprender, ni la enfermedad la detiene
"Corro
por un milagro: el mío y el de la gente que padece esto. Corro porque
no tengo tiempo de perder el tiempo, yo voy contra mi tiempo, no el de
los kilómetros."
En
el Tecnológico de Monterrey, Campus Estado de México, Verónica Ruiz
Moreno aprendió la importancia de emprender, y una vez que le
diagnosticaron Corea de Huntington puso en práctica dicha habilidad.
Para Verónica, el hecho de recibir un diagnóstico de una enfermedad incurable no significó un impedimento, sino todo lo contrario, fue el impulso que la llevó a convertirse en voluntaria en la Asociación Mexicana de Enfermos de Huntington, donde recaudó fondos para ayudar a los pacientes a sobrellevar la enfermedad.
Su experiencia la proyectó en la organización que lleva su nombre, misma que decidió emprender tras ser diagnosticada con Corea de Huntington.
Verónica explica que los hijos de personas con la mencionada enfermedad tienen el 50 por ciento de probabilidad de heredar el mal, por lo que decidió adoptar a un niño en 2007, Bastian.
“Decidí adoptar. No puedo permitir que la enfermedad avance, lo que yo le puedo regalar a la humanidad es que esto termine conmigo y no pase a mi generación”.
El 2007 fue el año donde comenzó toda una nueva aventura, pues además de volverse responsable de otro ser humano, su hijo, decidió convertirse en maratonista para transmitir esperanza a aquellos que padecen enfermedades neurodegenerativas.
Verónica siempre pensó en grande: “Es algo que me dejó el Tec, el valor para arriesgarte a ser realmente emprendedora”.
A sus 49 años, Verónica presume que ha participado en algunos de los maratones más importantes nivel mundial: Chicago (2007), Toronto (2008), Montreal (2009), San Antonio (2010), Berlín (2011) y Chile (2013).
“El deporte me ha dado las herramientas necesarias para transformar mi cuerpo, mi alma, mi mente y mi espíritu, soy una mujer que al correr me convierto en la mujer que inspira, y corre por aquellos que ya no pueden hacerlo”.
Como integrante de la comunidad EXATEC, Verónica reconoce que existen muchos beneficios, empezando por las oportunidades que ha tenido gracias a los vínculos que logró en la institución.
“La comunidad EXATEC es muy importante, es una cosa a la que deberíamos sacarle más jugo, porque una de las cosas maravillosas del Tec es precisamente su gente que te abre muchas puertas y es un vínculo maravilloso para desarrollar cualquier objetivo que te propongas”, afirmó.
Actualmente Verónica es reconocida a nivel internacional, recuerda que en su último viaje a Chile parecía que las entrevistas no paraban, lucha diariamente para concientizar al mundo sobre su enfermedad y trabaja para que su asociación prospere; esa habilidad de emprendimiento la aprendió en el Tec de Monterrey.
“En el Tec te animan mucho a ser emprendedor, vale mucho la pena pasar por una institución así, que te educa y te hace pensar siempre en grande, porque todo el tiempo estás rodeado de gente maravillosa y totalmente valiosa”.
Actualmente Verónica es conferencista internacional y se trabaja con un protocolo de investigación, donde el objeto de estudio es ella misma.
“Apenas están investigando esta enfermedad, así que estoy buscando quien pueda interesarse en mi caso y estudiarlo, para beneficio de los demás. Si de algo serviría mi cuerpo, que lo investiguen”.
Verónica Ruiz Moreno es licenciada en Ciencias de la Comunicación por el Tecnológico de Monterrey, Campus Estado de México.
Para Verónica, el hecho de recibir un diagnóstico de una enfermedad incurable no significó un impedimento, sino todo lo contrario, fue el impulso que la llevó a convertirse en voluntaria en la Asociación Mexicana de Enfermos de Huntington, donde recaudó fondos para ayudar a los pacientes a sobrellevar la enfermedad.
Su experiencia la proyectó en la organización que lleva su nombre, misma que decidió emprender tras ser diagnosticada con Corea de Huntington.
Verónica explica que los hijos de personas con la mencionada enfermedad tienen el 50 por ciento de probabilidad de heredar el mal, por lo que decidió adoptar a un niño en 2007, Bastian.
“Decidí adoptar. No puedo permitir que la enfermedad avance, lo que yo le puedo regalar a la humanidad es que esto termine conmigo y no pase a mi generación”.
El 2007 fue el año donde comenzó toda una nueva aventura, pues además de volverse responsable de otro ser humano, su hijo, decidió convertirse en maratonista para transmitir esperanza a aquellos que padecen enfermedades neurodegenerativas.
Verónica siempre pensó en grande: “Es algo que me dejó el Tec, el valor para arriesgarte a ser realmente emprendedora”.
A sus 49 años, Verónica presume que ha participado en algunos de los maratones más importantes nivel mundial: Chicago (2007), Toronto (2008), Montreal (2009), San Antonio (2010), Berlín (2011) y Chile (2013).
“El deporte me ha dado las herramientas necesarias para transformar mi cuerpo, mi alma, mi mente y mi espíritu, soy una mujer que al correr me convierto en la mujer que inspira, y corre por aquellos que ya no pueden hacerlo”.
Como integrante de la comunidad EXATEC, Verónica reconoce que existen muchos beneficios, empezando por las oportunidades que ha tenido gracias a los vínculos que logró en la institución.
“La comunidad EXATEC es muy importante, es una cosa a la que deberíamos sacarle más jugo, porque una de las cosas maravillosas del Tec es precisamente su gente que te abre muchas puertas y es un vínculo maravilloso para desarrollar cualquier objetivo que te propongas”, afirmó.
Actualmente Verónica es reconocida a nivel internacional, recuerda que en su último viaje a Chile parecía que las entrevistas no paraban, lucha diariamente para concientizar al mundo sobre su enfermedad y trabaja para que su asociación prospere; esa habilidad de emprendimiento la aprendió en el Tec de Monterrey.
“En el Tec te animan mucho a ser emprendedor, vale mucho la pena pasar por una institución así, que te educa y te hace pensar siempre en grande, porque todo el tiempo estás rodeado de gente maravillosa y totalmente valiosa”.
Actualmente Verónica es conferencista internacional y se trabaja con un protocolo de investigación, donde el objeto de estudio es ella misma.
“Apenas están investigando esta enfermedad, así que estoy buscando quien pueda interesarse en mi caso y estudiarlo, para beneficio de los demás. Si de algo serviría mi cuerpo, que lo investiguen”.
Verónica Ruiz Moreno es licenciada en Ciencias de la Comunicación por el Tecnológico de Monterrey, Campus Estado de México.
Verónica Ruiz Moreno. Foto: Milenio
Verónica Ruiz Moreno
Le enseñaron a emprender, ni la enfermedad la detiene
"Corro
por un milagro: el mío y el de la gente que padece esto. Corro porque
no tengo tiempo de perder el tiempo, yo voy contra mi tiempo, no el de
los kilómetros."
En
el Tecnológico de Monterrey, Campus Estado de México, Verónica Ruiz
Moreno aprendió la importancia de emprender, y una vez que le
diagnosticaron Corea de Huntington puso en práctica dicha habilidad.
Para Verónica, el hecho de recibir un diagnóstico de una enfermedad incurable no significó un impedimento, sino todo lo contrario, fue el impulso que la llevó a convertirse en voluntaria en la Asociación Mexicana de Enfermos de Huntington, donde recaudó fondos para ayudar a los pacientes a sobrellevar la enfermedad.
Su experiencia la proyectó en la organización que lleva su nombre, misma que decidió emprender tras ser diagnosticada con Corea de Huntington.
Verónica explica que los hijos de personas con la mencionada enfermedad tienen el 50 por ciento de probabilidad de heredar el mal, por lo que decidió adoptar a un niño en 2007, Bastian.
“Decidí adoptar. No puedo permitir que la enfermedad avance, lo que yo le puedo regalar a la humanidad es que esto termine conmigo y no pase a mi generación”.
El 2007 fue el año donde comenzó toda una nueva aventura, pues además de volverse responsable de otro ser humano, su hijo, decidió convertirse en maratonista para transmitir esperanza a aquellos que padecen enfermedades neurodegenerativas.
Verónica siempre pensó en grande: “Es algo que me dejó el Tec, el valor para arriesgarte a ser realmente emprendedora”.
A sus 49 años, Verónica presume que ha participado en algunos de los maratones más importantes nivel mundial: Chicago (2007), Toronto (2008), Montreal (2009), San Antonio (2010), Berlín (2011) y Chile (2013).
“El deporte me ha dado las herramientas necesarias para transformar mi cuerpo, mi alma, mi mente y mi espíritu, soy una mujer que al correr me convierto en la mujer que inspira, y corre por aquellos que ya no pueden hacerlo”.
Como integrante de la comunidad EXATEC, Verónica reconoce que existen muchos beneficios, empezando por las oportunidades que ha tenido gracias a los vínculos que logró en la institución.
“La comunidad EXATEC es muy importante, es una cosa a la que deberíamos sacarle más jugo, porque una de las cosas maravillosas del Tec es precisamente su gente que te abre muchas puertas y es un vínculo maravilloso para desarrollar cualquier objetivo que te propongas”, afirmó.
Actualmente Verónica es reconocida a nivel internacional, recuerda que en su último viaje a Chile parecía que las entrevistas no paraban, lucha diariamente para concientizar al mundo sobre su enfermedad y trabaja para que su asociación prospere; esa habilidad de emprendimiento la aprendió en el Tec de Monterrey.
“En el Tec te animan mucho a ser emprendedor, vale mucho la pena pasar por una institución así, que te educa y te hace pensar siempre en grande, porque todo el tiempo estás rodeado de gente maravillosa y totalmente valiosa”.
Actualmente Verónica es conferencista internacional y se trabaja con un protocolo de investigación, donde el objeto de estudio es ella misma.
“Apenas están investigando esta enfermedad, así que estoy buscando quien pueda interesarse en mi caso y estudiarlo, para beneficio de los demás. Si de algo serviría mi cuerpo, que lo investiguen”.
Verónica Ruiz Moreno es licenciada en Ciencias de la Comunicación por el Tecnológico de Monterrey, Campus Estado de México.
Para Verónica, el hecho de recibir un diagnóstico de una enfermedad incurable no significó un impedimento, sino todo lo contrario, fue el impulso que la llevó a convertirse en voluntaria en la Asociación Mexicana de Enfermos de Huntington, donde recaudó fondos para ayudar a los pacientes a sobrellevar la enfermedad.
Su experiencia la proyectó en la organización que lleva su nombre, misma que decidió emprender tras ser diagnosticada con Corea de Huntington.
Verónica explica que los hijos de personas con la mencionada enfermedad tienen el 50 por ciento de probabilidad de heredar el mal, por lo que decidió adoptar a un niño en 2007, Bastian.
“Decidí adoptar. No puedo permitir que la enfermedad avance, lo que yo le puedo regalar a la humanidad es que esto termine conmigo y no pase a mi generación”.
El 2007 fue el año donde comenzó toda una nueva aventura, pues además de volverse responsable de otro ser humano, su hijo, decidió convertirse en maratonista para transmitir esperanza a aquellos que padecen enfermedades neurodegenerativas.
Verónica siempre pensó en grande: “Es algo que me dejó el Tec, el valor para arriesgarte a ser realmente emprendedora”.
A sus 49 años, Verónica presume que ha participado en algunos de los maratones más importantes nivel mundial: Chicago (2007), Toronto (2008), Montreal (2009), San Antonio (2010), Berlín (2011) y Chile (2013).
“El deporte me ha dado las herramientas necesarias para transformar mi cuerpo, mi alma, mi mente y mi espíritu, soy una mujer que al correr me convierto en la mujer que inspira, y corre por aquellos que ya no pueden hacerlo”.
Como integrante de la comunidad EXATEC, Verónica reconoce que existen muchos beneficios, empezando por las oportunidades que ha tenido gracias a los vínculos que logró en la institución.
“La comunidad EXATEC es muy importante, es una cosa a la que deberíamos sacarle más jugo, porque una de las cosas maravillosas del Tec es precisamente su gente que te abre muchas puertas y es un vínculo maravilloso para desarrollar cualquier objetivo que te propongas”, afirmó.
Actualmente Verónica es reconocida a nivel internacional, recuerda que en su último viaje a Chile parecía que las entrevistas no paraban, lucha diariamente para concientizar al mundo sobre su enfermedad y trabaja para que su asociación prospere; esa habilidad de emprendimiento la aprendió en el Tec de Monterrey.
“En el Tec te animan mucho a ser emprendedor, vale mucho la pena pasar por una institución así, que te educa y te hace pensar siempre en grande, porque todo el tiempo estás rodeado de gente maravillosa y totalmente valiosa”.
Actualmente Verónica es conferencista internacional y se trabaja con un protocolo de investigación, donde el objeto de estudio es ella misma.
“Apenas están investigando esta enfermedad, así que estoy buscando quien pueda interesarse en mi caso y estudiarlo, para beneficio de los demás. Si de algo serviría mi cuerpo, que lo investiguen”.
Verónica Ruiz Moreno es licenciada en Ciencias de la Comunicación por el Tecnológico de Monterrey, Campus Estado de México.
Verónica Ruiz Moreno. Foto: Milenio
Verónica Ruiz Moreno
Le enseñaron a emprender, ni la enfermedad la detiene
"Corro
por un milagro: el mío y el de la gente que padece esto. Corro porque
no tengo tiempo de perder el tiempo, yo voy contra mi tiempo, no el de
los kilómetros."
En
el Tecnológico de Monterrey, Campus Estado de México, Verónica Ruiz
Moreno aprendió la importancia de emprender, y una vez que le
diagnosticaron Corea de Huntington puso en práctica dicha habilidad.
Para Verónica, el hecho de recibir un diagnóstico de una enfermedad incurable no significó un impedimento, sino todo lo contrario, fue el impulso que la llevó a convertirse en voluntaria en la Asociación Mexicana de Enfermos de Huntington, donde recaudó fondos para ayudar a los pacientes a sobrellevar la enfermedad.
Su experiencia la proyectó en la organización que lleva su nombre, misma que decidió emprender tras ser diagnosticada con Corea de Huntington.
Verónica explica que los hijos de personas con la mencionada enfermedad tienen el 50 por ciento de probabilidad de heredar el mal, por lo que decidió adoptar a un niño en 2007, Bastian.
“Decidí adoptar. No puedo permitir que la enfermedad avance, lo que yo le puedo regalar a la humanidad es que esto termine conmigo y no pase a mi generación”.
El 2007 fue el año donde comenzó toda una nueva aventura, pues además de volverse responsable de otro ser humano, su hijo, decidió convertirse en maratonista para transmitir esperanza a aquellos que padecen enfermedades neurodegenerativas.
Verónica siempre pensó en grande: “Es algo que me dejó el Tec, el valor para arriesgarte a ser realmente emprendedora”.
A sus 49 años, Verónica presume que ha participado en algunos de los maratones más importantes nivel mundial: Chicago (2007), Toronto (2008), Montreal (2009), San Antonio (2010), Berlín (2011) y Chile (2013).
“El deporte me ha dado las herramientas necesarias para transformar mi cuerpo, mi alma, mi mente y mi espíritu, soy una mujer que al correr me convierto en la mujer que inspira, y corre por aquellos que ya no pueden hacerlo”.
Como integrante de la comunidad EXATEC, Verónica reconoce que existen muchos beneficios, empezando por las oportunidades que ha tenido gracias a los vínculos que logró en la institución.
“La comunidad EXATEC es muy importante, es una cosa a la que deberíamos sacarle más jugo, porque una de las cosas maravillosas del Tec es precisamente su gente que te abre muchas puertas y es un vínculo maravilloso para desarrollar cualquier objetivo que te propongas”, afirmó.
Actualmente Verónica es reconocida a nivel internacional, recuerda que en su último viaje a Chile parecía que las entrevistas no paraban, lucha diariamente para concientizar al mundo sobre su enfermedad y trabaja para que su asociación prospere; esa habilidad de emprendimiento la aprendió en el Tec de Monterrey.
“En el Tec te animan mucho a ser emprendedor, vale mucho la pena pasar por una institución así, que te educa y te hace pensar siempre en grande, porque todo el tiempo estás rodeado de gente maravillosa y totalmente valiosa”.
Actualmente Verónica es conferencista internacional y se trabaja con un protocolo de investigación, donde el objeto de estudio es ella misma.
“Apenas están investigando esta enfermedad, así que estoy buscando quien pueda interesarse en mi caso y estudiarlo, para beneficio de los demás. Si de algo serviría mi cuerpo, que lo investiguen”.
Verónica Ruiz Moreno es licenciada en Ciencias de la Comunicación por el Tecnológico de Monterrey, Campus Estado de México.
Para Verónica, el hecho de recibir un diagnóstico de una enfermedad incurable no significó un impedimento, sino todo lo contrario, fue el impulso que la llevó a convertirse en voluntaria en la Asociación Mexicana de Enfermos de Huntington, donde recaudó fondos para ayudar a los pacientes a sobrellevar la enfermedad.
Su experiencia la proyectó en la organización que lleva su nombre, misma que decidió emprender tras ser diagnosticada con Corea de Huntington.
Verónica explica que los hijos de personas con la mencionada enfermedad tienen el 50 por ciento de probabilidad de heredar el mal, por lo que decidió adoptar a un niño en 2007, Bastian.
“Decidí adoptar. No puedo permitir que la enfermedad avance, lo que yo le puedo regalar a la humanidad es que esto termine conmigo y no pase a mi generación”.
El 2007 fue el año donde comenzó toda una nueva aventura, pues además de volverse responsable de otro ser humano, su hijo, decidió convertirse en maratonista para transmitir esperanza a aquellos que padecen enfermedades neurodegenerativas.
Verónica siempre pensó en grande: “Es algo que me dejó el Tec, el valor para arriesgarte a ser realmente emprendedora”.
A sus 49 años, Verónica presume que ha participado en algunos de los maratones más importantes nivel mundial: Chicago (2007), Toronto (2008), Montreal (2009), San Antonio (2010), Berlín (2011) y Chile (2013).
“El deporte me ha dado las herramientas necesarias para transformar mi cuerpo, mi alma, mi mente y mi espíritu, soy una mujer que al correr me convierto en la mujer que inspira, y corre por aquellos que ya no pueden hacerlo”.
Como integrante de la comunidad EXATEC, Verónica reconoce que existen muchos beneficios, empezando por las oportunidades que ha tenido gracias a los vínculos que logró en la institución.
“La comunidad EXATEC es muy importante, es una cosa a la que deberíamos sacarle más jugo, porque una de las cosas maravillosas del Tec es precisamente su gente que te abre muchas puertas y es un vínculo maravilloso para desarrollar cualquier objetivo que te propongas”, afirmó.
Actualmente Verónica es reconocida a nivel internacional, recuerda que en su último viaje a Chile parecía que las entrevistas no paraban, lucha diariamente para concientizar al mundo sobre su enfermedad y trabaja para que su asociación prospere; esa habilidad de emprendimiento la aprendió en el Tec de Monterrey.
“En el Tec te animan mucho a ser emprendedor, vale mucho la pena pasar por una institución así, que te educa y te hace pensar siempre en grande, porque todo el tiempo estás rodeado de gente maravillosa y totalmente valiosa”.
Actualmente Verónica es conferencista internacional y se trabaja con un protocolo de investigación, donde el objeto de estudio es ella misma.
“Apenas están investigando esta enfermedad, así que estoy buscando quien pueda interesarse en mi caso y estudiarlo, para beneficio de los demás. Si de algo serviría mi cuerpo, que lo investiguen”.
Verónica Ruiz Moreno es licenciada en Ciencias de la Comunicación por el Tecnológico de Monterrey, Campus Estado de México.
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