Hola Vero:
Estos dos artículos los obtuve de la investigación que hice en
Internet, me parecieron muy buenos. Uno es sobre Calidad de vida vs Nivel de
vida y el otro es sobre necesidades humanas reales y creadas, de la misma
autora Susana Choren. Incluyo las citas. Te los mando para que tú los veas y
decidas su fin.
Saludos Y Besos
I love U
MariCarmen
Calidad de vida
La calidad de vida es el objetivo al que debería tender el estilo
de desarrollo de un país que se preocupe por el ser humano integral. Este
concepto alude al bienestar en todas las facetas del hombre,
atendiendo a la creación de condiciones para satisfacer sus necesidades materiales
(comida y cobijo), psicológicas (seguridad y afecto), sociales (trabajo,
derechos y responsabilidades) y ecológicas (calidad del aire, del agua).
Por el contrario, el estilo de desarrollo sólo obsesionado por el
crecimiento económico ilimitado y cuyo principal objetivo es la riqueza
(acumulación material y monetaria), utiliza para evaluar su crecimiento el
concepto producto nacional bruto (PNB) y para evaluar el bienestar de las
personas el concepto nivel de vida.
El producto nacional bruto (PNB) reduce todos los bienes y
servicios a su valor monetario, ignorando variables sociales, psicológicas y
ecológicas. Por ejemplo, considera como ingresos a la riqueza del país
actividades que no añaden nada a la producción real –gastos militares y hospitalarios-
y otras que implican un deterioro de los recursos naturales –tala de árboles,
energía-.
El nivel de vida es un concepto estrictamente económico y no
incluye las dimensiones ambiental y psicosocial. La calidad de vida, en cambio,
alude a un estado de bienestar total, en el cual un alto nivel de vida se torna
insuficiente. Por ejemplo, una persona con un alto nivel económico, que reside
en una ciudad contaminada por ruido y smog y que además padece estrés
por las exigencias laborales, tiene un nivel de vida alto pero una baja calidad
de vida.
S. Choren
Bibliografía
-GILDENBERGER, C. 1978, Desarrollo y Calidad de Vida.
En: Revista Argentina de Relaciones Internacionales, N 12. CEINAR. Buenos
Aires.
Necesidades humanas básicas
Se ha creído
tradicionalmente, que las necesidades humanas tienden a ser infinitas; que
están constantemente cambiando; que varían de una cultura a otra, y que son
diferentes en cada período histórico. Pero tales suposiciones son incorrectas,
puesto que son producto de un error conceptual, que consiste en confundir las
necesidades con los satisfactores de esas necesidades.
Las
necesidades humanas fundamentales son finitas, pocas y clasificables. Además
las necesidades humanas fundamentales son las mismas en todas las culturas y en
todos los períodos históricos. Lo que cambia, a través del tiempo y de las
culturas, son la manera o los medios utilizados para la satisfacción de las
necesidades.
Las
necesidades fundamentales son: subsistencia (salud, alimentación, etc.), protección
(sistemas de seguridad y prevención, vivienda, etc.), afecto (familia,
amistades, privacidad, etc.) entendimiento (educación, comunicación, etc.),
participación (derechos,
responsabilidades, trabajo, etc.), ocio (juegos, espectáculos) creación (habilidades,
destrezas), identidad (grupos de referencia, sexualidad, valores), libertad
(igualdad de derechos).
Concebir
las necesidades tan sólo como carencia implica restringir su espectro a lo
puramente fisiológico, que es precisamente el ámbito en que una necesidad asume
con mayor fuerza y claridad la sensación de “falta de algo”. Sin embargo, en la
medida en que las necesidades comprometen, motivan y movilizan a las personas,
son también potencialidad y, más aún, pueden llegar a ser recursos. La necesidad
de participar es potencial de participación, tal como la necesidad de afecto es
potencial de afecto.
Integrar
la realización armónica de las necesidades humanas en el proceso de desarrollo,
significa la oportunidad de que las personas puedan vivir ese desarrollo desde
sus comienzos; dando origen así a un desarrollo sano, autodependiente y
participativo, capaz de crear los fundamentos para un orden en el que se pueda
conciliar el crecimiento económico, la solidaridad social, el crecimiento de
las personas y la protección del ambiente.
Las
necesidades humanas básicas referidas, deben constituirse en derechos
inalienables del ser humano, ya que su posesión y práctica hacen a la dignidad
del individuo y las comunidades. La satisfacción de estas necesidades implica
un marco ambiental sano. La degradación del ambiente, provocada por los
procesos de contaminación y “explotación” irracional de los recursos, atenta
gravemente contra ellas. Actualmente y a nivel mundial, los modelos de
desarrollo económicos y tecnológicos han provocado que millones de seres
humanos no hayan tenido posibilidad de acceder a la satisfacción de estas
necesidades básicas.
Susana
Choren
Bibliografía
-MAX -NEEF, M., ELIZALDE, A. y HOPENHAYN, M., 1986. Desarrollo a Escala Humana. Una
opción para el futuro. Cepaur, Fundación Dag Hammarskjold, Santiago de
Chile
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