domingo, 14 de febrero de 2016

Cronica de Ernesto Ramírez Navarrete Ultramaratonista Costa Rica 14 Febrero 2016

He disfrutado todos tus relatos, esto del Coastal es mágico te cambia la vida una semana y te transforma renaciendo como uun mejor ser humano todos los días y cada momento en cada éxito alcanzado con miles de dolorosos pasos, una remembranza de la vida en cada etapa.
EPILOGO
Despertar y llenar la bolsa con todas las cosas por vez final en la selva. 
Seguramente en el hotel me daré algún tiempo para el acomodo final, 
pero en esta selva que me ha visto sudar y sangrar, es la última vez.
Yo lo sé …
sé que al alcanzar el objetivo, es difícil, 
casi un hecho que no volveré a esta sublime aventura.
Otros retos esperan, y seguramente es la última vez que realizo 
el ritual tan temido de armar la bolsa en esta selva de Costa Rica.
La arrastro a la zona convenida, 
dos viajes con Diego, la mía y luego la suya.
Vamos a desayunar, a charlar un rato más con los amigos.
Me tomo fotos con los masajistas, con Julia Jahr-Olivas, con Covadonga.
Al fin, 
la indicación de bajar a la playa a abordar las lanchas que nos sacaran de Drake. 
Me mojo por vez postrera los pies en las aguas saladas de estas playas.
 Las lanchas vuelan sobre el mar azul, 
ralentizan su paso en la desembocadura del río Sierpe, para remontarlo, 
una hora por este hermoso y ancho río.



 La brisa en el rostro y refrescando el cuerpo. 
Pasamos, casi al final del recorrido, 
por el lugar donde lo cruzamos para iniciar la 5ª Etapa. 
Ahora ese momento parece tan lejano y tan cercano, a la vez.
 La brisa en el rostro y refrescando el cuerpo. 
Pasamos, casi al final del recorrido, 
por el lugar donde lo cruzamos para iniciar la 5ª Etapa. 
Ahora ese momento parece tan lejano y tan cercano, a la vez.
 Desembarcamos y tomamos un refresco, luego abordamos los autobuses. 
Casi de inmediato me quedo dormido. 
Me despierta a intervalos el dolor de la rodilla 
que al no moverla, se incomoda y duele.




A las 12:30 llegamos a un “descanso” para los viajeros de autobuses, 
pasar al baño y tomar un helado. 
Sentarse unos minutos con los Amigos de la Carrera, 
a comentar los momentos más significativos para cada quien.
Otra vez al autobús, 
cerca de la 14:30 llegamos al hotel, al Western Irazú.
La fila del registro, sacar la maleta del depósito de resguardo. 
Las bolsas del equipo tardarán en llegar, 
la salida de Drake en camión es mucho más lenta y larga que por lancha.
Entro a mi habitación, y me desvisto para ducharme. 
Al ver mis pies, veo otro error, están hinchados como tamales. 
Este día de autobús debí usar calcetines compresores y pantorrilleras. 
Ni hablar. 
Me ducho y luego me recuesto en la cama y pongo los pies para arriba en la cabecera apoyándolos en almohadas.
Tendría 10 minutos así, 
cuando Diego me dice por WhatsApp que muere de hambre.
Me visto, ahora si me pongo calcetines compresores, para bajar a comer.
Una pizza, alitas, aros de cebollas. No tenía idea del hambre que tenía.
Regresamos cada uno a su habitación.
Contesto algunos mensajes pendientes en Facebook y WhatsApp de amigos que han seguido mi aventura por estos medios. 
Enciendo la televisión para distraerme.
La nostalgia me va envolviendo y va pintando todo de un color de añoranza.
Otro mensaje de Diego, 
para tomarnos una cervezas con los amigos de Andorra, 
y la llegada de las bolsas, 
me sacan de esa ambientación, que por momentos se torna opresiva ...
Recogí mi bolsa y ya en la habitación saqué todas las cosas. 
Tendí lo más mojado en el balcón. 
Clasifico todo, para poder acomodarlo. 
Abro la tienda y la manta de supervivencia que están empapadas. 
Luego me visto y bajo.
En el bar compartimos una cervezas Diego, Bea García, Joan Repiso Martinez, Joan Berenguer y Marc Siques.
hablamos de nuevos retos, 
comentamos los momentos más difíciles de cada quien en la carrera.
Prometemos enviarnos fotos, y encontrarnos en retos futuros. 
Vamos a cenar y seguimos en este asirnos a no separarnos. 
Finalmente hay que cerrar el día e irnos a dormir.
Desperté con la luz de la ventana a la 6:10, 
quise volver a dormir pero ya no hay sueño.
Me levanté y metódicamente organizé todas las cosas, 
el sentimiento de nostalgia es doloroso, 
con la actividad lo ahuyento por una hora y media 
que me lleva dejar todo a punto.
Luego me ducho, me visto y bajo a desayunar. 
Ahí encuentro a Joan Repisso por última vez, 
él y sus amigos se quedan unos días, 
están saliendo al centro de San José.
Nos damos un abrazo postrero y quedo con Marc 
con la intención de vernos en el Everest en 2017, 
¿pueden creerme que ya estoy pensando en eso?
Desayuno, y luego vuelvo a mi habitación, 
recojo mi laptop y vuelvo al lobby, 
ese sentimiento de nostalgia y añoranza me envuelve,
me oprime ... me aplasta, 
necesito salir de él.
Asi que me siento y empiezo este relato, 
como combustible está nostalgia, 
que de otra manera me está ahogando.
No paro por dos horas. 
Luego, ni hablar … vuelvo a la habitación. 
Organizo todas mis cosas, 
bajo a hacer el “check out”, y tomo el taxi al aeropuerto.
La fila para pagar el impuesto, 
la fila para hacer el check in del vuelo. 
Y ya está, 
ya estoy en la fila de entrar a las salas de abordaje.
Voy por algo de comer y beber, y encuentro un lugar ideal para conectar la laptop, comer … y seguir escribiendo, 
no perder este hilo, y esta energía narrativa.
Y seguir escapando de mi añoranza, por lo que acabo de vivir
Llega la hora de abordar. 
No veo la hora de despegar y poder abrir mi laptop para poder terminar estas líneas. 
¡Finalmente ya está!
AMIGOS TODOS.
Los amigos que me siguieron desde que les conté lo que quería emprender, 
lo que me había atrevido a soñar.
Los amigos que soñaron, 
corriendo y sangraron conmigo para tocar esa magia, 
que pocos entienden.
Sí, no es fácil entender ni explicar que en el esfuerzo más allá de los propios límites, 
en el dolor, 
en la perseverancia cuando se ha terminado la fuerza física, 
existe una magia y una recompensa, 
que a la vez te exige por encima de ti.
Los amigos de Costa Rica que 
de muchas maneras fromas intuyen y vivieron conmigo, 
mi sueño y mi locura ... 
estuvieron ahí apoyando con todo, 
todo el tiempo,
toda la disposición, 
siempre buscando qué más hacer 
para facilitarnos el sueño imposible.

A todos y cada uno de ustedes: Gracias. 
Para cada uno de ustedes este relato,
que esboza sin poder asir esta aventura extraordinaria.





Ernesto Ramírez Navarrete

FELICIDADES CAMPEON!!!!
TE AMAMOS

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