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¡Correr un maratón por la vida!
Correr un maratón te cambia la vida. ¿No nos crees? Lee la historia de Verónica Ruiz
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Hace más de un año, te contamos la historia de Verónica Ruiz, a quién le diagnosticaron la enfermedad de Huntington, o mal de San Vito; un padecimiento neurológico, degenerativo e incurable que, en pocas palabras, va matando las neuronas hasta que el paciente pierde sus capacidades motoras, cognoscitivas y psiquiátricas. Si te perdiste su testimonio puedes leerlo DANDO CLIC AQUÍ.
En resumen, cuando le dieron el diagnóstico de muerte, decidió que tenía que empezar a vivir. Empezó a ver todos los días como un regalo, adoptó un hermoso bebé con su esposo, corrió su primer maratón y creó la Fundación Verónica Ruiz para difundir información sobre Huntington, concientizar a la comunidad y motivar a los pacientes a que confíen en ellos mismos.
Ahora, a casi diez años de su diagnóstico, ha corrido maratones por todo el mundo para compartir su historia. Su última competencia, fue el Maratón de Costa Rica. Aquí nos comparte su historia:
Foto Jorge Gutiérrez
¡Correr un maratón por la vida!
Por Verónica Ruiz
Imagina la escena, una mujer en el avión a las nueve de la noche sentada en la ventana, mirando el infinito, con los audífonos puestos escuchando música y derramando lágrimas a cada sorbo de su bebida sin parar. Así regrese del viaje a Costa Rica; fue mucho más impactante de lo que yo esperaba que fuera, mis emociones me embriagaban, mis pensamientos se golpean y se preguntan ¿qué es lo que está pasando?
La intención del viaje era visitar enfermos, dar charlas motivacionales, contactar a neurólogos e investigadores, el gobierno, correr el maratón y dar entrevistas.
Aterrizando del avión me recibieron mis y visitamos a la familia de Marlon Chacón, quien también tiene la Enfermedad del Huntington como yo. Disfruté muchísimo de estar con esta familia hermosa y las amistades que les ayudan y los cuidan. Tanto amor que no creerías cómo puedes encontrarlo donde hay tanta miseria (una circunstancia del Huntington, donde la cuestión económica es una dificultad fuerte a superar) y ver sus sonrisas y su alegría de compartirse con nosotros. ¡Fue increíble!
Durante todo el viaje, hice muchas entrevistas. Fue muy gratificante ver cómo la respondía a mi historia. El Maratón Costa Rica me nombró la figura deportiva del maratón y me pidió que hablara con la gente. Hubo quién lloró con la charla, pero yo sólo quería transmitirles mi deseo de vivir la vida.
Foto Verónica Ruiz
También tuve el honor de que me recibiera el embajador de México en Costa Rica y la Universidad de Costa Rica junto con el Instituto de investigación en Salud (INISA), el Centro en Investigación en neurociencias (CIN) y la Fundación Charcot para dar conferencias. Fue padrísimo estar con familiares de personas con Huntington y otras enfermedades.
Una de las cosas que más me llevó es un hombre de 90 años que se paró al final de la conferencia y me dijo: "Me cambiaste la vida, tuve que esperar 90 años para aprender cómo se debe vivir".
La experiencia del maratón
A la una de la tarde arrancó el maratón. Eran tres vueltas de 14 kilómetros por San José. La primera vuelta la corrí acompañada de mis amigos Martín y Tata, pero a lo largo de la ruta se nos iba uniendo gente. Me preguntaban si yo era la mexicana que corría por la vida y me hacían compañía algunos kilómetros. La última parte del trayecto ya casi estaba sola la ruta, pero aún me faltaba como una hora y media corriendo. Los policías me decían que ya no corriera y que ya me metiera al estadio a la meta, pero a mí me faltaban kilómetros y tenía que correr el maratón completo. Finalmente lo logré, entré al estadio rumbo a la meta y aunque fue la última corredora en cruzarla, la meta me recibió con gritos de mi nombre y mi país: ¡México! Estaba sola, pero con todos mis amigos en mi corazón.
Al día siguiente nos enteramos que muchos corredores se perdieron a la mitad de la ruta. Y después recibí un correo del Maratón diciendo que con mis 5:45 horas, era el segundo lugar de mi categoría. ¿Cómo que gané segundo lugar? Seguro sólo éramos dos corredoras.
Imagina la escena, una mujer en el avión a las nueve de la noche sentada en la ventana, mirando el infinito. Sólo podía pensar en la gente que según yo fui a inspirar, y que terminó por inspirarme mucho más a mí. Para que siga luchando, para que siga ayudando a la gente con Huntington y para que siga viendo cada día como un regalo.
Diagnóstico no es destino.
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@verobombero88
Gracias Verito Perez de León, mi hermosa amiga!!!!
TE AMO